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Estados Unidos se abroga el derecho de incluir a quien se le pega la gana en su infame lista de países que patrocinan el terrorismo. Sin embargo, ahora con esta nueva noticia, nos estamos preguntando: ¿Nos incluiremos nosotros mismos en esa lista o es sólo para los «otros«?
Recientemente supimos que el Departamento de Justicia de EEUU está creando una unidad especializada en terrorismo interior, lo que fue anunciado a los congresistas por el máximo responsable de Seguridad Nacional del departamento, al describir una amenaza “elevada” de extremistas violentos en el país.
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El gran reto en este campo es lograr aislar y contener a esos violentos extremistas sin convertirlos en mártires y sin transformar a casi la mitad de país en enemigos del estado. Esto requiere un rediseño de la estrategia de enfrentamiento, y un enfoque muy diferente del que se usó con al Qaeda durante dos décadas.
El modelo que se utilizó para combatir a los jihadistas no puede utilizarse en el enfrentamiento a los jihadistas domésticos. Estos tratan de ampararse en la Constitución, específicamente en la Primera y Segunda Enmiendas (libertad de expresión y derecho a portar armas) y tienen una fuerte motivación política e ideológica, que en muchos casos está apoyada, total o parciamente, de manera abierta o solapada por casi la mitad de nuestros Senadores y Congresistas.
El subsecretario de Justicia Matthew Olsen, al testificar apenas unos días después de que la nación recordara el primer aniversario de la violenta revuelta en el Capitolio, dijo que la cantidad de investigaciones del FBI sobre presuntos extremistas violentos dentro del país ha aumentado en más de un 10% desde la primavera de 2020.
“Hemos visto una creciente amenaza de aquellos que están motivados por la animosidad racial, así como de aquellos que se adhieren a ideologías extremistas antigubernamentales y en contra de las autoridades”, afirmó Olsen.
La División de Seguridad Nacional, que dirige Olsen, tiene una sección de contraterrorismo, pero Olsen le dijo a la Comisión Judicial del Senado que decidió crear una unidad especializada en terrorismo interno “para aumentar nuestro enfoque existente” y se asegurará de «que estos casos sean manejados adecuadamente y coordinados con efectividad«.
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