Hoy les queremos hablar de símbolos, imágenes y fascismo.
Ya todos hemos tenido acceso a la infame fotografía policial de Trump de su lectura de cargos en Georgia. Es una mirada de desafío (que estoy seguro practicó repetidamente antes) destinada a hacer que sus seguidores y su base republicana también se sintieran desafiantes.
Si una imagen vale más que mil palabras, esta es la respuesta de mil palabras de Trump al debate republicano del miércoles por la noche, al que se negó a asistir.
Programó su comparecencia en Georgia para ese preciso día, de modo que ese hecho (y esta foto) dominaran las noticias desde el jueves hasta que terminase la semana, en lugar de cualquier cosa o persona que surgiera del debate.
Pero una fotografía desafiante no es «noticia«. Es un símbolo, una imagen. Que es exactamente lo que es Donald Trump. No tiene una plataforma política, ni una agenda política específica, ni nuevas ideas, ni un plan sobre lo que hará si consigue un segundo mandato.
Trump existe como un símbolo de la ira, el descontento, la intolerancia y la venganza que se ha desatado en Estados Unidos. Es lo más cercano que Estados Unidos ha estado de un líder fascista, que no quiere que sus seguidores piensen ni analicen. Él quiere que sólo sientan.
Los lacayos de Trump se alinearon y expresaron el desafío que Trump proyectó en su fotografía policial.
En Newsmax, Sarah Palin llamó a la Guerra Civil.
Laura Ingraham, de Fox, dijo a los espectadores que el arresto de Trump era una prueba de que los funcionarios del gobierno están tratando de “eliminarlos”.
Sean Hannity, de Fox, dijo que el Departamento de Justicia atacará a los republicanos “hasta que no quede nada del partido”.
Toda bilis sin cerebro.
El jueves pasado, Trump se quejó de que Fox News “muestra deliberadamente las peores fotos mías, especialmente la gran foto ‘naranja’ con la barbilla hacia atrás. Creen que se están saliendo con la suya, pero no es así. Como en 2016 otra vez… ¡Y luego quieren que yo debata!”.
Por supuesto que está enojado. Para el hombre que es todo símbolo e imagen sin sustancia, una fotografía como aquella transmite un bufón sin cerebro. Debe estarse volviendo loco.
Pero Trump no es un bufón estúpido. Es un astuto comercializador, un diabólico manipulador del público, un astuto productor de su propio reality show diario. Su ventaja en las elecciones presidenciales del Partido Republicano ha aumentado. Es casi seguro que será el candidato republicano a la presidencia el próximo año, incluso si está en prisión.
¿Cómo debatir un símbolo? ¿Cómo asumir una imagen? ¿Cómo deberían responder Biden y los demócratas, y cualquiera que a diferencia de estos últimos se preocupe profundamente por este país, a un demagogo que se obsesiona con lo que proyecta en lugar de lo que representa? ¿Cómo lidiar con un fascista que no quiere que sus seguidores piensen sino sólo sientan rabia?
Pues bien. Hay una sola vía posible: Expónganlo tal como es.