Con el establecimiento del primer sindicato en un lugar de trabajo de Amazon por Amazon Labor Union, y la lucha de los trabajadores de Starbucks por sindicalizarse, es un buen momento para recordar que, si bien los sindicatos solo representan a menos del 12 por ciento de los trabajadores estadounidenses, en realidad son más populares hoy que lo que han sido desde la década de 1960.
En la última encuesta de Gallup sobre las actitudes del público hacia los sindicatos, el 68 por ciento de los encuestados dice que aprueba los sindicatos frente a solo el 28 por ciento que los desaprueba. Eso es un índice de aprobación positivo neto de 40 puntos, un nivel que no se había alcanzado desde 1967, hace más de medio siglo.
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¿Por qué la popularidad de los sindicatos ahora?
Existe un gran desajuste entre su popularidad y la cantidad de trabajadores que actualmente están representados por sindicatos. Esto es lógico, pues los poderosos en Estados Unidos, Wall Street y las grandes corporaciones, el Partido Republicano y los más turbios intereses, se han encargado por décadas de diezmar, minimizar, vilipendiar y destruir el movimiento sindical.
Año tras año han ido tratando de socavar la importancia, reducir al mínimo o incluso eleiminar cada una de las conquistas ganados por el movimiento obrero en los últimos casi dos siglos. Año tras año, han ido incrementando sus bochornosas ganancias y su participación en la propiedad de la riqueza nacional a expensas del sufrimiento de los trabajadores. Entonces, si somos capaces de reconocer lo anterior, no busquemos más respuestas al despertar de los sindicatos. La respuesta es sencilla y contundente:
Simplemente la gente NO AGUANTA MÁS. Estamos hartos de la nueva esclavitud. Y estamos hartos de que ninguno de los dos principales partidos que se turnan en el poder NO NOS REPRESENTEN. Por eso estamos buscando nuevas vías, o revivir algunas viejas que nos lograron conquistas en su tiempo. Punto.
Para aprovechar esta popularidad y el ajustado mercado laboral actual, los progresistas no pueden darse el lujo de esperar a que la legislación a favor de la organización se abra paso en el Congreso, donde ahora está bloqueada. Y seguirá bloqueada mientras a los demócratas les falten agallas para suprimir el obstrucionismo y se decidan a aprobar leyes nuevas sin la participación republicana.
Es imperativo seguir el ejemplo del Sindicato de Trabajadores de Amazon y apoyar la organización sindical en cualquier lugar y lugar donde parezca posible. Los datos nos dicen que ahora es el momento.