Incluso mientras el Senado debate amargamente, de manera inverosímil, los derechos fundamentales de voto que no hace mucho se consideraban casi universalmente no negociables, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, está tomando «1984» de Orwell y corriendo con él hacia una distopía despótica de su propia imaginación febril con la esperanza de crear por primera vez en el país una Oficina de Crímenes Electorales y Seguridad para garantizar que «las elecciones se lleven a cabo de conformidad con el estado de derecho«, aunque, de hecho, ya se hacen así.
La nueva y reluciente fuerza policial del aspirante a Himmler, que formaría parte del Departamento de Estado de Florida, contrataría a más de 50 investigadores para»detectar, detener y arrestar a cualquier persona por una supuesta violación» de las leyes electorales, con soplones de la Gestapo apostados en «oficinas de campo» no especificadas en todo el estado para actuar sobre consejos dudosos de «funcionarios gubernamentales o cualquier otra persona» para «facilitar la aplicación fiel de las leyes electorales«, que, arriba mencionamos ya tiene lugar.
Además, -véamos a Himmler-, le reportarían directamente a él. Herr DeSantis, que una vez consideró la posibilidad de formar una milica privada para él, le pidió a su legislatura controlada por el GOP, $6 millones para nuevos soldados de asalto en un discurso del estado del estado repleto de libertad y sentina: Florida es «el estado más libre de estos Estados Unidos«, y se erige como «la vanguardia de la libertad» para «aquellos que se irritan bajo mandatos autoritarios, arbitrarios y aparentemente interminables» debido a «un aparato biomédico coercitivo» en «adherencia ciega a las declaraciones de Fauci«, pero «Florida es un estado libre» que «se ha mantenido firme como la roca de la libertad«. Fascista, pero fuerte.
Como muchos de sus compañeros de viaje republicanos, DeSantis hace tiempo que viene dejando ver sus impulsos autocráticos, de luchar batallas judiciales contra máscaras / vacunas tiránicos para prohibir que las escuelas tomen medidas, haciendo a las personas blancas sentir “molestias” para entonces poder pasar varias leyes que hacen más difícil para morenos y negros salir a votar.
En un estado donde más del 40% de la población vota por correo, las leyes restringen las urnas para votar en ausencia, endurecen las reglas de identificación para las boletas por correo y prohíben dar agua a los votantes en largas filas para, ya sabes, mantenerlos libres.
La democracia como reality show: DeSantis incluso hizo noticia de su firma de las leyes, que ahora enfrentan un desafío judicial, en una exclusiva de Fox News . Todo esto, en un estado que fue promocionado en 2020 como el «estándar de oro» de la integridad electoral después de que Trump lo ganara, alardeando: «Creo que la forma en que lo hizo Florida inspiró confianza«.
También tendrá un nuevo equipo electoral SWAT para combatir crímenes imaginarios, aunque de más de 11 millones de votos emitidos en las últimas elecciones, solo 75 quejas fueron remitidas a las fuerzas del orden; e incluyeron a tres personas jubiladas de Village arrestadas por votar celosamente dos veces por Trump.
Dada la realidad poco cooperativa, incluso el Partido Republicano del estado ha «reaccionado con tibieza» a su último esquema – «Vamos a verlo», dijeron, – y los demócratas han escrito al Fiscal General Garland pidiéndole al Departamento de Justicia que investigue la supresión de votantes a través de «propuestas dañinas para crear nuevos cuerpos partidistas«.
No sólo es dañina, sino que «Esta es una solución en busca de un problema«, dice un importante fiscal cuya oficina ha visto cuatro referencias por delitos electorales durante dos décadas y está «dispuesto a apostar un centavo que el personal se sentaría y esperaría a que suene el teléfono. Eso es mucho tiempo viendo Netflix y jugando Candy Crush con el dinero de los contribuyentes”.
Su línea final fué brutal: «Este es un premio de $ 6 millones para un mitin de motivación de QAnon«.
.
Este artículo se publicó originalmente por ABBY ZIMET en CommonDreams.org
