Hoy todo el mundo es periodista. Todo el mundo tiene el poder de transmitir una noticia y, supuestamente, de «informar«. ¿Vivimos entonces en el imperio de la verdad, donde la información fidedigna y verificable fluye como augusto manantial de honestidad y progreso? NI EN SUEÑOS. Vivimos en la Era de la Desinformación: en la que vemos y creemos lo que seis grandes consorcios, dueños del 85% de los Medios Principales de Comunicación quieren que veas y creas. En pocos casos esto se manifiesta con tanta fuerza, y con tanta saña, como en el caso de Cuba.

Desde hace unas semanas se viene orquestando desde Estados Unidos, con poderosos ecos en Europa y Latinoamérica, la Campaña «SOS Cuba«, una llamada de auxilio a un pueblo digno y muy solidario que enfrenta hoy una situación muy difícil de desabastecimiento, tanto de alimentos como de medicinas, en medio de un repunte de la pandemia del Covid 19, provocado no en su totalidad, pero sí en su mayor parte por las aglomeraciones de personas tratando de conseguir el sustento básico, como consecuencia de ese mismo desabastecimiento. ¿Es entonces esa campaña un pedido de auxilio válido para ayudar a los cubanos en un gesto humanitario digno de aplaudir y agradecer? NI EN SUEÑOS.

Es parte de un plan cuidadosamente orquestado por parte de las fuerzas más reaccionarias del  Gobierno de los Estados Unidos y la ultra derecha trumpista de Miami para desestabilizar totalmente, y derrocar, al legítimo Gobierno de Cuba, que fuera refrendado hace dos años, cuando con el 73.3% del padrón electoral y el 86.5% de las boletas emitidas en libre referendo (casi 7 millones de cubanos), el pueblo soberano de Cuba aprobó en Febrero del 2019 su nueva Constitución. Ahí votó la madre, los hermanos, los sobrinos y los amigos de quien subscribe estas líneas y a ninguno lo llevaron a votar con una pistola en la cabeza, ni le pusieron una cámara oculta en las urnas para vigilar como votaban y luego tomar represalias. ¡Que nadie te haga cuentos!

La idea es relativamente SIMPLE y parte de una fórmula ya gastada de tantas veces usada: primero, se le cierra toda capacidad de maniobra al Gobierno del país del que se quieren apoderar, provocan un desabastecimiento total que, por supuesto conlleva al descontento popular que desemboca en protestas. ¿Entonces si es así, significa eso que las protestas populares son válidas y espontáneas? NI EN SUEÑOS.

Lo serían si se enfocaran en el verdadero culpable y no en el que ha sido víctima de los mismos mercaderes del odio que luego gritan apoyando las protestas, usando banderas de Cuba Decide, el slogan típico de la Fundación para la Democracia Panamericana dirigida por la mercenaria pagada por EEUU Rosa María Payá en lugares tan distantes como Palma Soriano y San Antonio de los Baños. Lo serían, si no fuera que por cada 100 manifestantes honestos, descontentos y/o confundidos, hay 10 que son mercenarios pagados que tienen la misión de exacerbar los ánimos de los demás, de convertir el enojo pacífico en saqueos y agresiones a las fuerzas del orden para provocar una respuesta violenta y, entonces, oh magia divina de la maldad superlativa, justificar y llevar a cabo una INTERVENCIÓN. Si la historia te suena familiar, es porque Estados Unidos la ha repetido una y otra vez. Y ni siquiera se preocupan por agregarle algo de originalidad.

.

.

Juegan con el dolor de un pueblo y tocan una de las cuerdas más sensibles en el ser humano: la comida y los medicamentos, para culpar a un Gobierno que no está libre de errores (mencióname uno que no los haya cometido), pero que aún en condiciones del más cruel e inhumano de los bloqueos, e incluso cuando EEUU impidió que obtuviesen respiradores y componentes para los tratamientos, logró controlar la pandemia del Covid como pocos en el mundo, acumulando hasta el día de hoy 244,914 contagios (el 2.2% de su población) y 139 muertes por cada millón de habitantes.

¿Pero, significa esto que es válido entonces lanzar un SOS por Cuba? NI EN SUEÑOS. En EEUU hemos tenido 1,871 fallecidos por millón, en Italia, 2,117 y en España 1,732 (entre 12 a 16 veces más que en Cuba) y no viste a nadie lanzar un SOS USA, o un SOS Florida (de dónde sale el 90% de todo el alboroto) que acumula 2, 406,727 contagios (el 11% de su población) y 1,777 muertes por cada millón de habitantes. ¿Captas la diferencia? Cuba necesita solidaridad de la buena, sí, pero SOS Cuba es una vil y cobarde manipulación del dolor humano, y también de nuestra inteligencia. Estamos hartos también de que siempre midan a Cuba con otro rasero.

La situación en Cuba, que siempre ha sido difícil debido a 62 años de una sucia guerra comercial, financiera, diplomática, psicológica y mediática del imperio más fuerte del mundo contra una pequeña islita que ha cometido el pecado de no someterse a los designios del vecino del norte y que, en medio de todo, cometió el otro enorme pecado de fabricar sus propias vacunas para el Covid, pretender vacunar a toda su población antes de finales del 2021 y ofrecerlas gratuitamente o a muy bajo costo a los países pobres que no tienen acceso a las vacunas de los poderosos.

No conformes con esas seis décadas, la Administración Trump implementó (y Biden cobardemente ha mantenido) 243 sanciones adicionales, minuciosamente estudiadas para cortar cualquier capacidad de maniobra del Gobierno cubano de abastecer y beneficiar a su pueblo: ahora ya no sólo sancionan a los buques que transportan petróleo a Cuba y a las aseguradoras de este tipo de buques, sino también al Capitán y cualquier miembro de la tripulación que tenga bienes en EEUU; y no se limitaron a suspender las remesas de cubanoamericanos a sus familias, sino que han perseguido con saña y copiosas multas a cualquier banco en el mundo que se arriesgue a hacer transacciones con Cuba, por sólo enumerar dos aspectos abordados en las mencionadas sanciones.

Anteayer, 11 de Julio, varios miles de personas, en grupos de 20, 50, 100, 300 y en algunos lugares un poco más, salieron a protestar en varias localidades de Cuba. ¿Significa esto que es cierto lo que dicen los medios tradicionales que «el pueblo de Cuba» se lanzó a las calles? NI EN SUEÑOS. En un país de 11 millones de habitantes, varios miles cuentan, pero ni son la MAYORÍA, ni pueden ser llamados «el pueblo«.

Cuentan. Claro que sí, como cuenta cualquier ser humano, pero no de la forma en que quieren hacerlo ver, utilizando videos de manifestaciones en otros países, haciendo montajes que tratan de presentar la masividad de las manifestaciones de apoyo a la Revolución Cubana como si fueran los que se pronuncian en contra, que intentan presentar a los que protestan como «pacíficos» cuando muchos de ellos son vulgares saqueadores que atacan también a la policía, y continúan preparando el terreno y la opinión pública para el zarpazo final: la INTERVENCIÓN.

¿Significa esto que los cubanos se van a rendir y van a renegar de su proyecto revolucionario y sus conquistas sociales? NI EN SUEÑOS. En estos momentos la situación está, en lo fundamental, controlada por el Gobierno y la mayoría de la población que le apoya. La dirección del país y los cubanos todos, los que vivimos en la Isla y fuera de ella hemos ratificado nuestra exigencia de respeto a la soberanía de Cuba y el deseo de nuestro pueblo de resolver todo en paz y con apego a la ley.

Sin embargo, el mundo, y en especial el pueblo estadounidense en especial, ha de saber que debemos hacer todos el máximo por evitar lo que nadie quiere: un nuevo Vietnam. En el poco probable caso de que a EEUU se le ocurrierra llevar a cabo una invasión a Cuba disfrazada de ayuda humanitaria, ambos lados del estrecho de la Florida se cubrirán de sangre joven inocente y habrá más ataudes que hamburguesas en McDonalds. Suena feo, ¿verdad? Sería mucho más feo en la vida real. Sería criminal. Sería horrible para Cuba, Estados Unidos y la humanidad.

Es responsabilidad de TODOS impedir que eso pase. Nadie quiere una masacre. El pueblo estadounidense y el cubano quieren ser amigos, comerciar, visitarse y vivir en paz. Hagamos hasta lo imposible para que así sea.

Nota: en la imagen de Portada, el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez recorre a pie las calles del primer pueblo donde comenzaron los disturbios. Foto cortesía de Radio Habana Cuba