El representante James Comer (R-KY) argumenta que los cargos presentados contra Donald Trump en Nueva York, aún sellados, son «descaradamente políticos» y el producto de una «oficina… armada«. Eso significa que es hora de recordarle (y a cualquiera que pueda creerle) su propia historia y la investigación que inició después de que surgieron las acusaciones de abuso violento de una ex novia.
La exnovia de Comer, Marilyn Thomas, asistió a la Universidad de Western Kentucky al mismo tiempo que Comer, y cuando él se postuló para gobernador de Kentucky en 2015, unas dos décadas después, ella se presentó para compartir su historia.
Un compañero de cuarto de la época lo corrobora, describiendo la «relación muy difícil«, así como las muñecas magulladas de Marilyn y otras lesiones que ella explicaría con excusas endebles.
Thomas dijo que Comer la golpeaba; que era “controlador y agresivo”; que la alejó de su familia y amigos; que tenía que obtener su aprobación para ir a cualquier parte o interactuar con alguien; que las “consecuencias” si ella lo desagradaba eran “violentas y rápidas”; y que sus amenazas y menosprecio jugaron un papel en su decisión de mudarse fuera del estado.
También lo describe “enfurecido” cuando la llevó a una clínica de abortos y ella escribió su nombre real en los documentos. ¿Ya te queda claro por qué defiende a Trump? Pues porque comparten «brillo y bondad«.
Comer lo niega todo, y aquí es donde entra la hipocresía: no solo supuestamente amenazó con demandar a un periódico si publicaba la historia, sino que también inició el proceso de abrir una investigación sobre un bloguero que estaba dispuesto a informar sobre las acusaciones de Marilyn Thomas.
Incluso admitió que filtró correos electrónicos en un esfuerzo por desacreditar al individuo.
Del New York Times:
“El rumor susurrado en los círculos políticos de Kentucky en ese momento era que el Sr. Comer había robado los correos electrónicos del servidor de la computadora del antiguo bufete de abogados del esposo [del compañero de fórmula del oponente político de Comer] y los filtró al periódico. En una entrevista con The Times, el Sr. Comer confirmó, por primera vez, que él había estado detrás de la filtración e insinuó fuertemente que los había obtenido del servidor”.
Ahora, el Proyecto de Integridad del Congreso pide una investigación sobre el Representante de Kentucky para determinar si sus acciones para obtener y publicar esos correos electrónicos alcanzan el nivel de criminalidad.
Quieren que el público sepa que un funcionario electo que ha utilizado una investigación para atacar a un oponente político y una ex que se presentó con un comportamiento abusivo no es alguien que tenga derecho a afirmar que el enjuiciamiento de Trump es un caso de persecución política.
Thomas envió originalmente su historia al Courier-Journal en 2015, donde se informó junto con las negaciones de Comer y con su amenaza de una «demanda devastadora» si se publicaba la historia.
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