Cuando las redes sociales surgieron, y muy en específico Facebook, motivaron a las personas para que publicaran contenidos de calidad, atractivos y útiles de forma tal que cada quien lograra muchos seguidores. No pocos dueños de páginas de negocio o causas en esta red, nosotros entre ellos, no sólo nos enfocamos en generar buenos contenidos, sino que también invertimos esfuerzos y dinero en que la gente nos conociera y se uniera a nuestros grupos o siguiera nuestras páginas.
Lo mismo hicieron muchos individuos y compañías, en el entendido que iban a lograr suficiente tráfico orgánico (el que se genera de forma natural, por puro interés de las personas, sin que tengas que pagar por él) y que eso conformaría una excelente plaza comercial digital donde promover tus productos, ideas, y otros contenidos.
Y al principio así fue. Una de nuestras páginas, por ejemplo, tiene 230,000 seguidores y hace 3 años, cuando publicábamos algo lo veían alrededor de 17,000 personas (casi el 7%). Luego, Facebook traicionó a todos los que habíamos invertido en lograr seguidores y redujo el alcance a un 3% aproximadamente, o sea, que le ponían la publicación a unas 7,000 personas. Y finalmente, en 2022, decidieron reducir el tráfico orgánico a menos del 1% (y en el caso de las publicaciones progresistas a menos del 0.5%).
Eso no nos pasa sólo a nosotros, sino a todo el que publica algo en Facebook.
Erróneamente, muchas personas que tienen 4,000 o 5,000 amigos, piensan que cuando publican algo les llega a todos sus amigos (si es en su muro personal) o a todos los miembros del grupo al que pertenecen. NADA MÁS EQUIVOCADO. Facebook tiene tantos anunciantes que su algoritmo prioriza lo que ellos publican, pues son quienes pagan, aunque lo que publiquen sea pura porquería: como siempre, LAS GANANCIAS SOBRE LAS PERSONAS.
También priorizan muchas cosas banales, como «memes» y frases cortas (inteligentes o tontas) en las que las personas invierten sólo unos pocos segundos y así les queda tiempo para atender los requerimientos de los anunciantes.
Eso sucede en Facebook, Twitter, Instagram y otras redes, y es lo que se ha denominado por algunos como LA TIRANÍA DE LOS ALGORITMOS. A ello podemos sumarle los «censores» humanos contratados por estas redes, que eliminan las publicaciones o bloquean las cuentas a partir de ciertos lineamientos corporativos, pero agregando una buena dosis de subjetivismo a su censura, sobre todo (y no nos cansaremos de repetirlo) cuando se trata de publicaciones progresistas, de fuentes demócratas o aquellas que atacan el poder y la avaricia infinita de las corporaciones.
Han invertido tanto dinero en esos algoritmos, que no sólo son capaces de combinar miles de variables al mismo tiempo, llegando a conocernos mejor que nosotros mismos, sino que resultan casi imposible de VIOLAR. Una vez se dijo que lo mejor que se podía hacer era publicar contenidos de calidad: no es cierto. Por razones de funcionalidad y tiempo (cada segundo que pasas en las redes sociales es una oportunidad para mostrarte la publicidad de sus patrocinadores), por tanto, la prioridad es la banalidad.
LO QUE SÍ PUEDES HACER es publicar varias veces la misma cosa, si de verdad es importante, dejando pasar ciertos intervalos de tiempo (varias horas, un día, o incluso varios días), cambiando la foto, algunos elementos del contenido y/o el comentario que haces al poner el post.
La otra cosa que podrías hacer es, sin abandonar Facebook, Twitter o Instagram, registrarte en Bettizens.com, la red social de las personas que luchan por un CAMBIO POSITIVO en el mundo, donde no hay algoritmos manipuladores, ni censura, ni inversionistas o patrocinadores que exijan se prioricen las ganancias sobre las personas.
Cuando publicas algo en Bettizens (muy similar a Facebook, pero más modesta, por supuesto) lo verán todos tus seguidores o compañeros de grupo que en ello se interesen, y las publicaciones que aparecen primero que las demás tienen que ganárselo por mérito propio: las que más «likes» y comentarios tengan son las que van primero.
Eso sí, Bettizens, como red social o club digital privado, es muy estricta en cuanto a la seguridad de sus miembros, que deben sentir que están en un ambiente seguro, libre de trolls, hackers, spammers y cuentas falsas de todo tipo. Para acceder a todas las funcionalidades, no basta con inscribirse, sino que se requiere llenar 4 campos con información no confidencial y requerir ser Verificado.