Hace par de días, The Wall Street Journal publicó un artículo de opinión de Doug Schoen y Andrew Stein quienes argumentaban que el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris crearon, con su falta de popularidad, una oportunidad para que Hillary Clinton se postulara a la presidencia en 2024.
Ambos argumentaron que Hillary, la ex secretaria de Estado y senadora de Nueva York, tiene una ventaja para ser una presunta candidata.
“Es una figura nacional experimentada que es más joven que Biden y puede ofrecer un enfoque diferente a la desorganizada e impopular figura que el partido está adoptando en estos momentos”, escriben. “Si los demócratas pierden el control del Congreso en 2022, Clinton puede usar la pérdida del partido como base para postularse de nuevo para presidenta, lo que le permitirá reclamar el título de ‘candidata de cambio’”.
Aun si dejamos al lado el hecho de que Hillary Clinton sea una figura experimentada y una “candidata de cambio” son dos ideas contradictorias que no se pueden conciliar, hay muchas razones para no tomar este argumento en serio.
Por ejemplo, el hecho de que Schoen y Stein eligieran colocar el artículo de opinión en la página de opinión derechista por excelencia de The Wall Street Journal, a pesar de que sus reportajes son sólidos, indica que se trataba de un intento de llamar la atención que no pretendía ser considerada en serio por los demócratas.
En segundo lugar, es importante considerar quién escribió este artículo, primero por el hecho de que ninguno de ellos apoyó a Hillary en su momento cúspide. Dejemos de lado el hecho de que Stein, quien al parecer es demócrata y ex presidente del condado de Manhattan, se declaró culpable por evasión de impuestos, apoyó a Donald Trump durante las elecciones presidenciales de 2016 y anunció su respaldo en un artículo de opinión del Wall Street Journal.
Stein también trató de mantener su relevancia cuando volvió a escribir un artículo de opinión en The Wall Street Journal donde argumentó que Trump debería deshacerse del vicepresidente Mike Pence a cambio de su ex embajadora ante las Naciones Unidas Nikki Haley, y dijo que podría ayudar con las mujeres y los habitantes de los suburbios. Trump, por supuesto, nunca aceptó esta propuesta de Stein, pero le dio a Stein cierta relevancia temporal, la cual es claro que es lo que deseaba.
Eso deja a Schoen, colaborador habitual del canal de derecha Newsmax, quien dijo que no apoyaría a Clinton en vísperas de las elecciones del 2016, después de que el entonces director del FBI, James Comey, enviara una carta donde dijo que había descubierto nuevos correos electrónicos. Su distinción más reciente fue trabajar para la ridícula candidatura presidencial de Mike Bloomberg en 2020.
Biden y Harris sí tienen problemas en el horizonte con sus números de encuestas a la baja. Los demócratas también corren el riesgo de perder sus mayorías en la Cámara y el Senado, las cuales ya de por sí son escasas.
Pero la idea de reemplazarlos con Hillary Clinton dice más de ellos que del estado del Partido Demócrata. Hillary perdió la mayor parte de su capital político en el 2016. Su carnaval ya pasó. Su tren ya se fue. Lamentablemente, pues con sus defectos y extrañas lealtades, hubiera sido una Presidenta mil veces mejor que el diablo anaranjado que tuvimos durante cuatro años.
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