Después de que el presidente John F. Kennedy nombrara a su hermano fiscal general, los republicanos se asustaron y aprobaron una ley contra el nepotismo de los presidentes que contratan a familiares.
Cuando Donald Trump puso a Jared Kushner en la Casa Blanca (incluso después de que falló una autorización de seguridad), la Oficina de Asesoría Legal del Departamento de Justicia dictaminó, esencialmente, que Trump podía ignorar la ley.
Arabia Saudita estaba entonces dirigida por el príncipe heredero Mohammed bin Nayef (MBN), nieto del fundador de la nación, el rey Abdulaziz. El padre de MBN, Nayef bin Abdulaziz, había dirigido el país antes que él.
Al igual que su padre y su abuelo, MBN era muy cercano a las agencias de inteligencia estadounidenses y estaba comprometido con una relación estable a largo plazo con Estados Unidos y Europa.
Cuando Trump asumió el cargo en 2017, el primo de MBN, Mohammed bin Salman (MBS), era simplemente uno de los muchos príncipes saudíes que competían por una posición y poder en el reino.
Cuando Trump nombró a Kushner en 2017, la inteligencia de EE. UU. y el Departamento de Estado estaban preocupados de que si MBS derrocara a MBN, las consecuencias podrían ser impredecibles para Estados Unidos. Kushner, con su nueva autorización de seguridad en la mano, habría tenido acceso a esa información.
Las cosas se estaban poniendo salvajes en el reino.
MBS quería derrocar a MBN y, según algunos informes extraordinarios de Vicki Ward (a quien vale la pena suscribirse al boletín Substack ), Jared vio la oportunidad de eludir los intereses de EE. UU. y ayudar a MBS a derrocar y encarcelar a su primo para que MBS pudiera tomar el control del Reino y sus más de $ 700 mil millones :
«Cuatro fuentes bien ubicadas», informa , «dicen que la razón principal por la que Kushner ahora recibió $ 2 mil millones es que ayudó a MBS a deponer a MBN, sabiendo que esto iba directamente en contra de lo que la inteligencia de EE. UU. quería o pensaba que era bueno para la seguridad nacional. ( Kushner siempre ha dicho que no proporcionó inteligencia estadounidense a los saudíes).»
De repente, las noticias se llenaron de historias sobre miembros de la familia real saudí que estaban retenidos por las fuerzas de seguridad en hoteles lujosos, algunos torturados y algunos incluso «desaparecidos«.
Después de que Kushner se reunió en secreto con MBS, el aliado de Estados Unidos y gobernante de Arabia Saudita, MBN, fue arrestado y encarcelado, donde permanece hasta el día de hoy.
Como resultado, el amigo de Jared, MBS, ahora dirige el reino y controla su dinero.
David Ignatius del Washington Post señaló unas semanas después de que MBS comenzara a arrestar a sus enemigos políticos reales, aparentemente utilizando información de las agencias de inteligencia estadounidenses:
«Probablemente no fue casualidad que el mes pasado, Jared Kushner, asesor principal y yerno de Trump, hiciera una visita personal a Riyadh. Se dice que los dos príncipes se quedaron despiertos hasta casi las 4 a.m. varias noches, intercambiando historias y planeando estrategia.»
¿Jared vendió intereses estadounidenses por $ 2 mil millones?
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Fue con MBS que el presidente Trump negoció un recorte de producción de 2,2 millones de barriles por día en 2020, cuando la pandemia había colapsado la demanda de petróleo.
- Fue MBS quien supuestamente dijo que tenía a Jared «en su bolsillo».
- Fue MBS quien, según los informes, hizo que el escritor del Washington Post Jamal Khashoggi fuera asesinado y desmembrado por un escuadrón de asesinos cuando visitaba una embajada saudita para obtener una visa para casarse con su prometida.
- Y, señala el New York Times, fue Jared quien estuvo allí para MBS cuando necesitaba un amigo en el interior: «Cuando el asesinato desencadenó una tormenta de fuego en todo el mundo y las agencias de inteligencia estadounidenses concluyeron que fue ordenado por el Príncipe Mohammed [MBS ], el Sr. Kushner se convirtió en el defensor más importante del príncipe dentro de la Casa Blanca…«.
- Es MBS quien, según informa The Wall Street Journal , ahora está «acercando» a su país a Rusia y China para «castigar» al presidente Joe Biden.
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También es MBS quien se niega hoy a aceptar las llamadas del presidente Biden sobre la restauración de la producción de petróleo, lo que reduciría los precios del petróleo y aliviaría gran parte de la presión política ahora sobre Biden y los demócratas a medida que nos acercamos a las elecciones de 2022 y 2024.
¿Hemos sido todos testigos de cómo un joven estafador se marcha con miles de millones después de vender a Yemen, Khashoggi y Estados Unidos? ¿Prácticamente sin preguntas de los principales medios de comunicación o del Congreso?
Se dice que Jared, hijo de un estafador profesional (Charles Kushner, que fue indultado por Trump) y propietario menor de barrio marginal , recibió el consejo de un profesional de relaciones públicas cuando su padre fue a prisión. Ben Walsh señaló para el Huffington Post que el padre de Jared cuenta la historia que su amigo de relaciones públicas le aconsejó a Jared:
«Paso uno: Compre un periódico de Nueva York. No sea demasiado exigente… Cualquier periódico servirá. Paso dos: Compre un gran edificio en Manhattan. Cualquier edificio servirá. Paso tres: Cásese con la hija de una familia rica de Nueva York. Cualquiera servirá».
Jared, cuenta la historia, luego compró el periódico New York Observer, pagó de más por el edificio de oficinas 666 de la Quinta Avenida justo al final de la calle de Trump Tower y, ahora con una impresionante acreditación como un tipo serio, se enganchó con la hija de Donald Trump, Ivanka.
A partir de ahí, fue un tiro directo a la Casa Blanca y luego pues a cobrar $ 2 mil millones de Arabia Saudita, autorizado por MBS, quien tuvo que anular a sus asesores de inversiones para entregar el efectivo a Jared.
Lo cual es un delito.
Nuestra Constitución contiene dos cláusulas sobre emolumentos, ambas prohibiendo a los funcionarios aceptar obsequios de gobiernos extranjeros. El más conocido (en el Artículo II) prohíbe a los presidentes aceptar lo que podrían ser sobornos; el segundo, del Artículo I de la Constitución, prohíbe tal comportamiento por parte de cualquiera que trabaje en el gobierno federal sin el permiso explícito del Congreso:
«[N]inguna Persona que ocupe un cargo lucrativo o de confianza bajo [los Estados Unidos] podrá, sin el consentimiento del Congreso, aceptar ningún regalo, emolumento, cargo o título, de ningún tipo, de ningún rey, Príncipe o Estado extranjero».
Como señala el Servicio de Investigación del Congreso (CRS):
«El propósito de la Cláusula de Emolumentos Extranjeros es prevenir la corrupción y limitar la influencia extranjera en los funcionarios federales. La Cláusula surgió de la experiencia de los Redactores con la costumbre europea de dar obsequios a los diplomáticos extranjeros, que prohibían los Artículos de la Confederación. Después de eso precedente, la Cláusula de Emolumentos Extranjeros prohíbe a los funcionarios federales aceptar emolumentos extranjeros sin el consentimiento del Congreso».
La historia nos dirá si Jared Kushner vendió su país y perjudicó las perspectivas de paz en el mundo al ayudar a MBS a llegar al poder y luego empujar a Arabia Saudita hacia Rusia, solo para conseguir unos pocos miles de millones de dólares.
Pero esa historia se está escribiendo hoy, y si alguna vez hubo un escándalo más digno de una investigación del DOJ y del Congreso que Bengasi o los correos electrónicos de Hillary, es este.
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Este artículo se publicó originalmente por THOM HARTMANN en CommonDreams.org
Foto de Portada del artículo original, por Saul Loeb/AFP via Getty Images
