Los Republicanos están en medio de grandes luchas internas. Los MAGA de Trump podrían no ser suficientes para ganar una elección por completo. Pero el ex presidente Trump no es el único jugador importante en los círculos republicanos. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, está superando a Trump en varias encuestas, aunque también está perdiendo ante Trump en varias otras.
Pero los demócratas no pueden capitalizar las luchas internas de los republicanos porque tenemos nuestras propias luchas internas. La obstrucción de Manchin y Sinema al plan «Reconstruir Mejor» de Biden se ha robado los titulares.
Es mi opinión que los demócratas tienen un camino difícil por delante a través del sistema electoral en el que vivimos. El sistema instituido hoy favorece fuertemente a aquellos candidatos que están bañados con el dinero de los donantes, con el que pueden comprar tiempo de televisión, anuncios de radio y anuncios en periódicos y disfrutar de la ventaja ya establecida de que la mayor parte de la prensa es propiedad del dinero corporativo que busca apoyar a candidatos que pueden articular hábilmente los intereses corporativos.
Los republicanos tienen a su disposición muchas formas y herramientas diferentes para confundir o distorsionar voluntariamente la realidad.
Los demócratas también tienen su parte justa de «gente de dinero» que, en términos de números puros, debería ser solo una minoría significativa del Partido Demócrata. El Partido Demócrata, al día de hoy, tiene fama de ser el partido de los trabajadores, pero no ha logrado luchar con fuerza por los intereses de los trabajadores y de la clase media. El fracaso de ser percibidos como fuertes defensores de los intereses de la gente común y, en cambio, ser percibidos como más interesados en el bienestar de las élites educadas ha disminuido el atractivo del Partido para una gran cantidad de personas que deberían ser su columna vertebral.
Los republicanos de la influencia MAGA están motivados por su creencia de que los blancos han sido victimizados y han inventado la «Teoría del Gran Reemplazo» que se reconoció públicamente por primera vez en el mitin «Unir a la derecha» de Charlottesville de 2017. Creo que este mitin se convirtió a propósito en un motín para que la escaramuza pudiera mostrar las posibilidades de lo que se podría hacer a través de la administración Trump. Una forma de mostrar poder y determinación en el primer año de la administración Trump.
No olvidemos que el principal ideólogo de la ultraderecha o alt-right, como algunas personas llaman a estos diferentes grupos de supremacistas blancos, Steve Bannon, ya ha expresado su interés en predicar el concepto de «aplastar el estado» como declaró en un CPAC (Conferencia de Acción Política Conservadora) en febrero de 2017. “Aplastar el Estado” le dará a Bannon carta blanca para impulsar su agenda supremacista blanca disfrazada de lucha contra el establishment y complacer a muchos en la clase trabajadora blanca.
Los demócratas no tienen ahora a nadie con la fuerza y la inteligencia de Bannon para galvanizar las fuerzas de su partido. Lo tuvieron una vez, pero la oportunidad se desperdició. Barack Obama fue esa oportunidad; elevó la esperanza del pueblo estadounidense de esperar cambios significativos en sus vidas. Obama construyó un movimiento entusiasta a través de la organización de masas “Obama for America”. Yo vivía en Pensilvania en ese momento, un estado que es 88% blanco, y Obama ganó el estado cómodamente en 2008 (también en 2012). Aunque la mayoría de la gente dirá, y yo soy uno de ellos, que hizo un buen trabajo considerando las circunstancias.
Pero Obama cometió un gran error al desmantelar “Obama for America”. La razón por la que ganó en 2008 es que organizó su campaña fuera del establishment del Partido Demócrata. Aportó energía e ideas de las que carecía la corriente principal del Partido. Un partido mayoritario que está más preocupado por negocios y asistir a galas que por conocer lo que está pensando o pasando la gente trabajadora. La cúpula demócrata se enamoraró de las políticas neoliberales que son la antítesis de lo que era el New Deal (el más venerado de todos los programas demócratas).
Una realización asombrosa de las elecciones de 2016 fue que Trump, haciéndose pasar por populista, parecía ser más un transmisor de las políticas del New Deal que su oponente, Hillary Clinton. Ahora en 2022 Trump no transmite el mismo aura respecto al New Deal, el emperador se ha encontrado desnudo, pero mantiene el mantra de ser el gran defensor de los intereses de los blancos. Él va a mantener a los blancos en el centro de atención de nuestra sociedad.
El Partido Demócrata ciertamente puede ganar y ganar a lo grande si la atención se centra en los problemas que afectan al pueblo estadounidense. Hay varias cosas que se pueden hacer inmediatamente en los tres meses previos a las elecciones de mitad de período que los republicanos no harían y que traerán mucha ayuda al pueblo estadounidense.
1- Reducción significativa de la deuda estudiantil como se prometió durante la campaña.
2- Educación universitaria pública gratuita (ya existen varios ejemplos en todo el país).
3-Reducir la edad de ingreso a Medicare a 55 (eso beneficiará a 40 millones de estadounidenses).
4- Eliminar las lagunas fiscales y obligar a las corporaciones a pagar su justa cantidad de dinero en impuestos (la gran mayoría de la gente en el país está a favor).
5- Redactar una legislación que prohíba a las corporaciones y a los superricos hacer donaciones monetarias para sobornar a los legisladores (la gran mayoría de la población del país está a favor).
Las propuestas anteriores son propuestas sólidas que junto con la “Ley de Protección del Derecho a la Organización” (Ley PRO) cambiarán la dinámica del país. Una cosa que debe señalarse es que el ideólogo de MAGA, Bannon, no tiene miedo de decirles a los seguidores de MAGA que exijan que se cumplan las promesas que les hicieron durante la campaña. Esa es una práctica justa que se debe esperar de los líderes electos del Partido. Los demócratas tienen la reputación de prometer mucho y lograr poco. Necesitamos cambiar esa percepción.
La Gran Carpa permanecerá en su lugar si el Partido Demócrata presta atención a las necesidades de la mayoría de sus miembros.
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Lorenzo Cañizares es el Co-Coordinador de la Alianza Laboral-Comunitaria del Sur de la Florida y co-administrador del Grupo de Facebook Asuntos Cubanos
