Siendo la primera mujer, y además no blanca, en haber llegado al puesto de Vicepresidente de los Estados Unidos, no hay dudas que Kamala Harris levantó un gran revuelo en todo el país y el mundo. Y también muchas expectativas.
Sin embargo, en ese primer año en el cargo, se ha ganado el mote de «la Vicepresidenta Invisible«, pues se sabe muy poco de ella, qué hace, dónde está, qué opinión tiene y qué proyectos está liderando.
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No Robar Cámara al Presidente
La verdad es que, salvo excepciones fundamentalmente motivadas por cicunstancias especiales, los Vicepresidentes de EEUU tienden a estar «a la sombra» y todos sabemos que hay un acuerdo no escrito, pero que nadie viola, que es no «opacar» al Presidente bajo ningún concepto, no robarle cámara, no convertirse en el foco de la atención por encima de la que el primer mandatario pueda estar teniendo.
Y sobre todo, no deben parecer ansiosos por tomar su puesto.
Así sucedió con el propio Biden, durante los ocho años de Obama (aunque en este caso la mucha mayor experiencia política de Biden le hizo tomar cierta notoriedad en varios momentos) y con la mayoría de los demás vicepresidentes, con la excepción quizás del papel que jugó Dick Cheney con respecto a las cuestiones de defensa y política exterior de George W. Bush y anteriormente el papel de Al Gore a cargo de temas ambientalistas durante la administración Clinton, y aún esos dos pasaron buena parte de su mandato «detrás del telón«.
En el caso de Kamala tal perspectiva es doblemente sensible, si tenemos en cuenta que además de ser mujer y negra, es la VP de un anciano de 87 años, con una extraordinaria experiencia, pero que no se caracteriza con ser demasiado «activo«, lo que la obliga a ella a alejarse aún más de los reflectores si no quiere llamar la atención.
Complemento del Presidente y Avatares de Washington
Como regla general se procura un vicepresidente que pueda complementar de alguna manera al Presidente, tanto en habilidades, como en conocimiento de la forma en la que opera Washington, pues muchos presidentes llegan a esta capital de las intrigas políticas luego de haber sido Gobernadores en sus respectivos estados (como Clinton o los Bush) o con relativa poca experiencia en el Senado, como Obama.
Sin embargo, el actual presidente sirvió durante 36 años en el Senado y durante 8 como Vicepresidente de los Estados Unidos, así que no es el caso de un advenedizo que tenga que estar preguntando a su VP qué hacer y qué no hacer en Washington, D.C.
Por otro lado, al estar el Senado dividido 50/50, se pensó que ella jugaría un mayor papel decidiendo las votaciones complejas en ese cuerpo legislativo (y de facto lo ha hecho algunas veces), hasta que nos dimos cuenta que los demócratas realmente estamos 48/52, pues los dos republicanos infiltrados (demócratas «moderados«, o engendros vendidos), Manchin y Sinema se han encargado de hacer casi inservible esa supuesta posición definitoria de Harris, pues generalmente ellos votan con los republicanos, o les allanan el camino para que puedan hacer lo que les plazca.
Pero…, ¿Qué ha Estado Haciendo?
Kamala, parte por humildad, parte por conveniencia, se ha puesto quizás incluso un poco más a la sombra que otros vicepresidentes, pero eso no significa que haya estado inactiva.
Ella ha estado muy ocupada haciendo quizás lo que mejor sabe hacer: solucionando o impulsando la solución de problemas en extremo complejos, como los derechos de voto, la inmigración proveniente de Centroamérica y la «crisis» en la frontera sur, el papel de la mujer dentro de la fuerza laboral y otras tareas de gran relevancia que le ha asignado Biden, pero cuya complejidad obliga a que la mayor parte de su avance se haga con la complicidad del silencio y a puertas cerradas.
Según publicó Los Angeles Times hace un par de días, en sus primeros 308 días en el cargo, ella ha participado en 527 eventos (a razón de 2 por día en promedio). Adicionalmente, ha visitado (parece que con delicadas misiones) los conflictivos estados de Georgia, Pensilvania y Wisconsin y ha protagononizado misiones gubernamentales a Guatemala, México, Vietnam, Singapore y París.
Similar a vicepresidencias anteriores, sólo el 47% de sus apariciones o actividades han sido abiertas a la prensa, mientras el 35% han estado completamente «cerradas» y el 18% se han considerado de acceso limitado para los respresentantes de los medios.
De todas formas, aún quedan 3 más años (quizás 7) para ver a Kamala en mayor acción.
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Algo Más Tras Bambalinas
Hay muchos rumores, pero en Washington siempre los hay. Nadie puede decir con seguridad que haya algún tipo de problema entre el #1 y la #2. Por el contrario, muchos allegados dicen que existe un buen acople y una buena complicidad entre ellos, pero más allá de eso, nadie sabe nada. Si escuchas algo al respecto, es muy probable que sea otro chisme más.
Sí hay algo cierto, y es que durante los dos primeros meses en la Casa Blanca, Biden y Kamala estaban juntos muy seguido y aparecían juntos en casi todas partes y luego eso cambió, al punto que ahora se ven juntos solo esporádicamente. Puede ser lo que dicen sus funcionarios allegados: que sus agendas están muy cargadas y que cada uno de ellos se ocupa de problemas de vital importancia para el país.
O puede ser un problema de estrategia, o de seguridad nacional. ¿O puede que haya algunas desavenencias entre ellos por el comportamiento a veces en extremo «moderado» del Presidente?… Puede también ser, pero a nosotros no nos consta. Y hasta donde sabemos, no consta a nadie.