El índice de aprobación del presidente Nayib Bukele supera el 75%; es la aprobación más alta que un presidente salvadoreño ha mantenido durante su mandato. Bukele es considerado uno de los líderes mundiales con alto respaldo interno; ha mantenido un índice de aprobación de más del 75 por ciento desde que asumió el cargo el 1 de junio de 2019.
A pesar de las percepciones negativas y las condenas desde fuera de El Salvador, sobre todo – pero no exclusivamente- por los medios al servicio del establishment capitalista, Nayib Bukele es uno de los presidentes más populares de la historia salvadoreña; a nivel nacional, sus índices de aprobación generalmente se mantienen por encima del 75 por ciento. A nivel de America Latina, su popularidad es comparable con la que disfrutara en su era, el líder cubano Fidel Castro Ruz.
El presidente Nayib Bukele es popular en El Salvador debido principalmente a la mejora en la seguridad que ha logrado el país desde que asumió el cargo. El presidente Bukele ha convertido a un país conocido por altos niveles de violencia en uno de los más seguros de América Latina. Eso fue porque él supo interpretar las prioridades de su pueblo.
Los lideres deben entender de manera muy clara que la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de los ciudadanos de su pais, al menos las principales prioridades, es su trabajo. Deben entender que la vanguardia política debe estar al servicio del pueblo y no al revés. Deben entender que cuando el pueblo sobrepasa a la vanguardia, ya esta no es vanguardia. Deben entender que como dijera el gran K. Marx, “los hombres se parecen mas a su epoca que a sus padres”, y sin olvidar la Historia, no se puede vivir en la Historia y mucho menos vivir a costa de ella. Aprovecho esta ocasión para recordárselo a ARENA y al FMLN.
A pesar de ser llamado un presidente autoritario por las organizaciones de derechos humanos y la oposición (“palos si bogas y palos si no bogas”), no se puede argumentar en contra del hecho de que la seguridad de El Salvador ha mejorado drásticamente bajo su gobierno.
Un claro ejemplo de esta mejora en la seguridad es la tasa de homicidios del país. Cuando Bukele asumió el cargo en junio de 2019, las estadísticas de homicidios de El Salvador eran de 6,6 asesinatos por día y 36 homicidios por cada 100.000 habitantes. Para 2021, la tasa de homicidios del país se había reducido a 3,1 homicidios diarios y 17,5 homicidios por cada 100.000 habitantes; las estadísticas recientes muestran que la tasa de homicidios del país caerá aún más en 2022.
A pesar de que algunos medios afirman que la reducción de homicidios se debe a una negociación secreta entre el gobierno de Bukele y las pandillas, la popularidad de Bukele sigue siendo alta. En septiembre de 2022 una encuesta preguntó: ¿Cree que el gobierno actual ha negociado con las pandillas? El 49,40% respondió que no, y solo el 13,20% dijo que sí. El 32,80% dijo no estar seguro y el 4,60% no respondió.
Solo unos pocos salvadoreños creen que el gobierno de Bukele ha negociado con las pandillas, aunque hay que decir que siempre en condiciones de la extrema complejidad de una sociedad penetrada hasta la medula de problemas de violencia, la negociación no puede ser excluida y que si es sobre bases principistas, es otro instrumente válido en esa porfia. Durante los últimos 30 años, los salvadoreños han sabido que la violencia era parte de la vida cotidiana del país.
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Las “Maras” y pandillas son consecuencia de la alienación social, de las desigualdades humillantes, no es solución solo reprimirlas, sino erradicar de las deformaciones de una sociedad injusta y áspera. Un pueblo vota a descendientes de inmigrantes de culturas disimiles, si han desarrollado un escepticismo hacia sus pares.
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Lo que interesa más a los salvadoreños es sentirse seguros y tener expectativas de progreso económico y social, disminución paulatina de la desigualdad, educación, salud pública, otros normales anhelos. El mundo entero ha estado en crisis económica durante el último trienio y El Salvador no es excepción.
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La respuesta de El Salvador frente a la Pandemia de COVID -19 ha sido muy buena, y las estadísticas muestra índices positivos, comparables con los de Cuba y otras naciones conocidas por un buen sistema de salud. Esto es algo que ha ido entregando durante su presidencia, por lo que el pueblo seguirá respaldando a Nayib Bukele y dándole un alto índice de aprobación.