Todos los grandes poderes necesitan de alguien a quien satanizar o crucificar, según sea el caso. Alguien a quien quien echar todas las culpas. Alguien contra quien volver la atención y la ira de la gente, para que olviden las culpas del ejecutor de turno. Poncio Pilato crucificó a Jesús. Hitler satanizó a los judíos. Desde Woodrow Wilson a Ronald Reagan promovieron su odio contra Lenin y los soviéticos por su osadía de oponer la «dictadura del ploretariado» a la ya tan bien establecida «dictadura de la burguesía«, a la que eufemísticamente llamamos «democracia«.
Ahora encontramos al nuevo Judas, al «beatificado» Lucifer (sí, porque de tanto odiarlo y atacarlo a veces terminan alabándolo) en Vladimir Putin (cuyo nombre por cierto, al igual que el de Lenin y el de Zelensky significa «el que domina el mundo«), quien además viene como anillo al dedo para continuar la «rusofobia» que nació en el siglo XVIII, cuando la Europa tradicional veía en el poderío de la Rusia zarista un peligro a su hegemonía, continuó y se desarolló durante toda la existencia de la Unión Soviética y que ahora vuelve a ponerse de moda, pues quién le dijo a ese pueblo, -que según un viejo refrán «no inicia guerras, pero termina ganándolas todas«-, que puede interponerse en el camino de las ansias expansionistas de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.
Quien escribe estas líneas jamás renegará de su amor a los rusos y también a los ucranianos, pero no defiende a Putin (pues basta con saber su asociación con los oligarcas rusos para que ya no goce de mi favor, como no lo goza nadie que apoye o se asocie a esa dañina especie sub-humana: los oligarcas), pero no puede pasar por alto la enorme Campaña de Desinformación, llena de mentiras, medias verdades, tergiversaciones de la realidad y burda falsificación de los hechos con la que están conformando y alimentando la odiada imagen del «rusificado» Mefistófeles, del Belcebú del siglo XXI.
El colmo, el punto más álgido de esa sucia campaña es sembrar en la mente de estadounidenses y europeos que Putin no se detendrá en Ucrania y que su objetivo final es «ACABAR CON NUESTRA DEMOCRACIA«, lo que es puro cuento de los medios y nuestro gobierno. Y aunque sé de sobra que escribir al respecto no es «popular«, no te gana «aplausos y loas«, sino que te hace perder amigos y seguidores tan influenciados por los medios de «comunicación selectiva«, insisto en fundamentar las TRES PODEROSAS RAZONES por las que esto no es más que otra GRAN MENTIRA (similar a la de Trump, pero aún más dañina):
PRIMERO: Rusia no es una Amenaza
Rusia es tan fuerte como para no tener que arrodillarse (al menos no tantas veces como otros) ante los poderosos del mundo, pero no tanto como para representar una amenaza.
La economía de Rusia es considerada la #12 del mundo, con $416.8 billones de dólares, mientras la de Estados Unidos es la #1, con $2.45 trillones, o sea, 6 veces más que la rusa. Las exportaciones rusas ascienden a $528 billones, mientras que las nuestras son de $1.56 trillones (3 veces más) y el Producto Interno Bruto ruso es de $2.01 trillones y el de EEUU es de $15.6 trillones: 8 VECES MÁS.
A esto agreguemos la comparación en lo militar: el presupuesto de defensa de los EEUU es mayor que el de China, India, Rusia, Reino Unido, Arabia Saudita, Alemania, Francia, Japón, Corea del Sur, Italia y Australia COMBINADOS. Mientras Rusia invierte 61.7 mil millones en defensa, EEUU gasta 778 mil millones, o sea 13 VECES MÁS. O 20 veces más si tomamos el de EEUU y la OTAN en su conjunto.
Y aunque diferentes fuentes dan diversos números, las proporciones se mantienen más o menos como especificamos a continuación: Misiles Balísticos Intercontinentales: Rusia – 339, EEUU – 400; Aviones de guerra: Rusia – 1,172, EEUU – 1,574; Helicópteros de ataque: Rusia – 399, EEUU – 740; Vehículos Aéreos no Piloteados: Rusia – menos de 50, EEUU – 416; Submarinos Nucleares: Rusia – 11, EEUU – 14; Misiles Submarinos de Ataque: Rusia – 38, EEUU – 51, Cruceros – Destructores – Fragatas: Rusia – 31, EEUU – 113. Los rusos sólo aventajan a EEUU en el número de hombres en el ejército (lo que ya no cuenta tanto en la guerra moderna) y una pequeña ventaja en el número de tanques: 2,927 contra 2,645.
Si tomamos esa enorme ventaja, más el hecho de que Rusia está casi completamente rodeada de Bases Militares de EEUU y la OTAN mientras ellos no tienen ninguna rodeando EEUU… cualquier persona con par de neuronas en la cabeza se daría cuenta de que la mentada «amenaza» del nuevo jinete de Apocalipsis es sólo una JUSTIFICACIÓN para vender más armas a Europa y pedir incrementos en el bochornosamente abultado presupuesto militar estadounidense.
SEGUNDO: a Putin ni le Convenía ni le Conviene la Guerra
Putin lleva años pidiendo, casi rogando que no le hicieran comenzar una guerra que se pudo haber evitado con sólo terminar las masacres en el Donbás y prometer que Ucrania no se uniría a la OTAN (lo que es una demanda muy justa, tal y como EEUU no permitiría poner bases militares en Cuba, Nicaragua o México).
La economía rusa se debilitó muchísimo con la disolución de la ex Unión Soviética y aún después de 40 años, los rusos se encuentran enfrascados en fortalecerla, crear lazos comerciales con Europa y Asia, y lo que menos les conviene es la guerra, pues contrario a nuestra economía, la de ellos se basa en la producción de energía no en la producción de armamentos.
Los únicos que se están beneficiando con esta guerra son los halcones del Complejo Militar Industrial estadounidense (que están vendiendo miles de millones en armamentos a Ucrania y otros países europeos temerosos de la «amenaza rusa«) y el Gran Petróleo (estadounidense y de nuestros aliados en el Oriente Medio) quienes ahora pueden vender petróleo y gas a Europa a precios mucho más altos que lo que compraban a Rusia. Para el caso, Putin y Zelensky han sido solo los «tontos útiles» o los «malvados aprovechables». Los otros son los que PROVOCARON esta guerra. El CORAZÓN y el CEREBRO de la misma.
TERCERO: No se Puede Destruir lo Que ya no Existe
Y por último, Putin no puede, incluso en el remoto e improbable caso que quisiera, acabar con nuestra democracia, porque de eso ya nos encargamos nosotros… No vamos a entrar en la discusión de si hubo o no alguna vez «democracia» en EEUU, o si lo que tradicionalmente llamamos de esa forma no es más que la «dictadura del poder corporativo«.
Lo que sí está claro es que si nos atenemos al verdadero significado del término, en estos momentos casi no hay rastro de «democracia» en los Estados Unidos, sino que estamos ante una elemental Plutocracia y una sin igual «dictadura de la oligarquía«:
- 704 multimillonarios tienen más riqueza que 165 millones de personas (y durante la pandemia se hicieron casi 2 billones más ricos), acumulando un poder con el que compran Senadores, Congresistas, Jueces y leyes, metiendo además toneladas de dinero sucio en las elecciones (de las locales a las presidenciales), decidiendo quién ocupa casi cada puesto y perjudicando el crecimiento económico.
- El robo al gobierno es el «negocio más grande y rentable de EEUU«, como demostró Ralph Nader (ex candidato presidencial estadounidense) en un reciente artículo publicado por nosotros.
- Ya no existe el «mercado libre«, sino que está dominado por unos pocos competidores a quienes resulta más productivo ponerse de acuerdo para subir los precios que competir entre ellos, como magistralmente mostró Robert Reich (ex Secretario de Trabajo) en este otro artículo publicado por El Diario Latinoamericano.
- La Corte Suprema, uno de los supuestos pilares de la cacareada «democracia» está total e irremediablemente corrupta, ampliamente demostrado aquí.
- Los esfuerzos de supresión de votos, encabezados por los republicanos, y no suficientemente combatidos por los demócratas, están atacando el corazón de cualquier democracia: el derecho al voto y la igualdad ante las urnas. También suficientemente demostrado aquí, aquí, aquí y aquí, entre muchas otras fuentes.
- Un Congreso paralizado por el obstruccionismo, con cientos de proyectos de ley que podrían beneficiar a la mayoría de la población (a esos a quienes corresponde el «demo» en el binomio demo-cracia) languideciendo sin aprobarse…
Y podríamos seguir mencionando hechos y fuentes, hablando de los daños al Planeta, del intento desde las alturas de frustrar unas elecciones legítimamente ganadas, de las agresiones al movimiento sindical, de los millones sin cobertura médica y los ataques al Seguro Social, entre muchos otros, pero a estas alturas del artículo sería ya inútil. ¿A alguien aún le quedan dudas sobre si es Putin o no es Putin quien realmente quiere destruir nuestra nación y nuestra civilización?
¿Por qué de una vez no acabamos de enfilar los cañones contra los verdaderos enemigos?