El conjunto de órganos que constituyen el cuerpo funciona de manera interrelacionada. Si hay una alteración funcional en alguna parte del organismo, dicha alteración puede acarrear problemas en alguna otra parte, aunque no sea directamente la lesionada. La disfunción eréctil puede deberse a problemas psíquicos u orgánicos, que no necesariamente suceden en el aparato reproductor masculino.
En tal caso, se debe tratar la enfermedad de base para poder revertir la disfunción eréctil. Para ser más preciso consideremos el siguiente ejemplo, si una persona padece diabetes puede llegar a tener disfunción eréctil, aunque lo primero a tratar será la diabetes. La dieta nutricional y la actividad física que se lleven a cabo para controlar la diabetes, también serán importantes para revertir la disfunción eréctil.
Asimismo, existen una gran cantidad de medicamentos que se utilizan para diversas enfermedades físicas y psíquicas que pueden provocar disfunción eréctil, sobre todo cuando se trata de tratamientos prolongados.
Sin entrar a mencionar específicamente nombres, porque pueden variar de acuerdo a los laboratorios que los comercialicen y a los países en que se vendan, entre los medicamentos que está comprobado que provocan disfunción eréctil podemos mencionar aquellos que están destinados a controlar la presión arterial, para disminuir los síntomas del mal de Parkinson, los antidepresivos, los antihistamínicos, los sedantes, los diuréticos, las drogas quimioterapéuticas, los supresores del apetito.
A pesar de que está comprobado que esos medicamentos pueden provocar disfunción eréctil, no hay más que leer sus efectos secundarios en los prospectos para comprobarlo, no se debe interrumpir un tratamiento por cuenta propia.
Si una persona se está tratando por una determinada enfermedad y la droga que ingiere o se inyecta le provoca disfunción eréctil, lo primero que tiene que hacer es hablarlo con el médico. Interrumpir cualquier tratamiento médico en curso puede ser peligroso para la salud. Quizás el facultativo pueda indicar la conveniencia de probar con una medicación alternativa o de utilizar una dosis menor.
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Muchas veces el problema de disfunción eréctil se debe al estilo de vida que se lleva. Los tiempos modernos han puesto al alcance de la población grandes avances científicos. Como contrapartida, las presiones sociales y el consumismo desmedido han incrementado los problemas de todo tipo, entre ellos los adictivos.
Alcohol, drogas, anfetaminas, nicotina, heroína, barbitúricos, cocaína, acechan a los más vulnerables y pueden originar disfunciones eréctiles.
La ingesta de comida chatarra en forma frecuente y el sedentarismo por adoptar un estilo de vida que resulta cómodo, también perjudican al organismo y pueden desencadenar en el problema de disfunción eréctil.
Y cuando aludimos a presiones sociales, sin duda los factores emocionales y las múltiples preocupaciones por obtener el mejor rendimiento en todos los órdenes de la vida, no hacen más que incrementar la ansiedad y paradójicamente provocar una disminución en el rendimiento sexual.
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