Un popular periódico en español publicó recientemente un artículo «Florida lanza Empleo para personas que hablen español con sueldo de 6,000 dólares al mes…«. Ese artículo fue reproducido luego por Google News (Google Noticias) y mucha gente se lo creyó…, porque bueno, si Google lo republica es porque debe ser algo serio. Veamos la verdad tras este tipo de anuncios.
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En este caso específico se trataba de una oferta de trabajo en Florida, pero en los últimos tiempos hemos observado artículos similares difundidos por diversos medios en el país, que luego son republicados en Facebook y otras redes sociales. La mayoría tiene DOS cosas en común:
- Los sueldos son fabulosos: entre $5,000 a $8,000 dólares al mes.
- Dicen que «los candidatos no requieren experiencia ni conocimientos previos para ser considerados por el empleador«. Basta con «ser una persona flexible, motivada y con ganas de aprender todos los días en un ambiente sano y amigable«.
Maravilloso. Suena muy bien, ¿verdad? El problema es el viejo adagio que nos previene: «si suena demasiado bueno para ser verdad es porque no es verdad«. Y generalmente, estas ofertas NO SON CIERTAS. Al menos no totalmente ciertas.
El Papel de Google
En la mente de muchos de nosotros persiste la imagen que Google ha posicionado en nuestras mentes invirtiendo mucho tiempo, dinero y esfuerzos: Google es una compañía buena, que siempre está «de nuestra parte» y que nos presenta la verdad tal y como es.
Nada de eso. Google es una gran corporación estadounidense tan malvada y manipuladora como cualquier otra.
Mientras casi no reproducen artículos serios, que hablan de los problemas reales que enfrentamos los hispanos día a día, publican y republican con mucho gusto en sus múltiples plataformas este tipo de artículos… ¿Por qué? Porque generan interés y muchas visitas. Y una de sus grandes fuentes de ingresos es la publicidad que venden, y que mediante un mecanismo sindicado los dueños de sitios web colocan en sus páginas a cambio de unos pocos centavos de lo que Google cobra a los anunciantes.
Entonces, por mucho que digan, y por mucho que presuman de la «calidad» de su buscador y de su manejo de la información en línea, necesitan mucho contenido «porquería«, que se traduce en muchas visitas y clics.
Por cierto, lo mismo pasa con el algoritmo de Facebook: cada vez que en este Diario publicamos cosas interesantes, útiles, necesarias para el desarrollo de nuestra comunidad, recibimos muy poca difusión. Pero si publicamos algo relacionado con los novios o las casas de Shakira, o si la hija de Julia Roberts se parece a su famosa mamá, lo ponen a disposición de miles de personas y reciben muchas, muchas visitas… en ese mundo, y bajo esas reglas vivimos.
Estafas o Engaños que No Son Estafas
Parece un feo trabalenguas, pero no lo es. Es la realidad que vivimos día a día. Lo cierto es que no podemos acusar a las empresas que ofrecen esas «fabulosas» ofertas de empleo, y mucho menos a los medios de comunicación que las anuncian, porque «algo de verdad» hay en las dichosas publicaciones que las hace «legales«, aunque desde el punto de vista ético sean deplorables.
Por lo general todos esos maravillosos ofrecimientos son trabajos de «marketing y ventas» donde o bien no te pagan sueldo o bien lo que te pagan es una mezquindad muy cercana al salario mínimo permitido. Claro, si vendes al mes 200 de sus «espectaculaes ollas con materia traído de Marte que cocinan con el calor del ambiente» o una de sus pócimas milagrosas que hacen que «un anciano de 80 años se comporte en la cama como un chico de 20«, $ 150 dólares y te ganas una comisión de $30 dólares en cada una, puedes acercarte a los prometidos $6,000 dólares. Claro, trata de vender al menos UNA y te darás cuenta que el cacareado «potencial de ventas» es una quimera más grande que la fiebre del oro.
En algunos países de Europa esas ofertas (al menos si no dan exactamente todos los detalles) están prohibidas y se clasifican dentro de la llamada «deceptive advertising» o «publicidad engañosa«.
¿Son una estafa? No, teóricamente, y muy teóricamente puedes vender las 200 dichosas ollas o pócims del vigor (¡sólo necesitas prestar atención a la capacitación, entrenarte bien y trabajar duro!) y por tanto, su perversa manipulación de las necesidades humanas y el deseo lógico de cada persona de ganar bien no puede ser clasificado como estafa en nuestro gran país de «libertad» (entre la que parece se incluye la llibertad de engañarnos), pero si caes víctima de uno de sus anuncios, pronto entenderás que son una gran mentira, una estafa, un intento de captar tu atención para sembrarte una ilusión que al 99.9% de seguridad jamás verás concretarse.
Y para colmo de males, te harán sentir como una basura y te echarán la culpa a tí: «si no ganaste lo prometido es porque no te esforzaste lo suficiente«.
Estemos atentos a esto. Y compartamos esta información con amigos y familiares. Recuerda que como es verídica, real, honesta y para nada «bonita«, los medios tradicionales no harán ni el mínimo esfuerzo porque llegue a la gente.