Durante los dos últimos meses, El Diario Latinoamericano ha estado llevando a cabo una encuesta para saber qué es lo que más molesta a los latinos de los estadounidenses anglos y viceversa. (Te recomendamos ver también: «¿Qué es lo Que Menos Nos Gusta a los Latinos de los Estadounidenses Anglos?«)
No se podría decir que se trata de una investigación científica y rigurosamente documentada, pues para ello había que haber seleccionado una muestra estadísticamente apropiada, con unos 400 participantes quizás entre hombres, mujeres, LGBTQs, segmentada por diferentes rangos de edades, pertenencias políticas o religiosas, etc..
Aún así, entrevistamos a más de 100 latinos y más de 100 estadounidenses de habla inglesa y logramos obtener unos cuantos factores clave que o bien molestan, o bien no son del todo comprendidos por parte de unos con respecto a los otros.
Ustedes dirán cuánto de cierto tiene este «estudio» y quizás hasta puedan agregar algunas cosas de su propia experiencia. Sólo tengamos en cuenta que estamos hablando de conjuntos muy grandes de personas y no hay que absolutizar ni la conducta de un individuo específico ni las características muy particulares de algún estado o región de Estados Unidos.
Dicho esto, y armados de un a visión global del tema, veamos LO QUE MÁS MOLESTA A LOS ANGLOS DE NOSOTROS LOS LATINOS (no se les dio ningún orden de importancia):
- Los que no hacen el menor intento por hablar inglés (el idioma que se habla en EE.UU, aunque este país no tenga una lengua «oficial«) y por el contrario, algunos creemos que son ellos los que tienen que hablar español.
- Hablar nuestro idioma, y sobre todo, reírnos cuando estamos en presencia de personas que no entienden y pueden pensar que nos estamos burlando de ellos.
- Muchos latinos, con especial énfasis en cubanos, venezolanos y puertorriqueños hablamos alto, casi gritamos, para expresar nuestra alegría o descontento con algo.
- Con frecuencia, no respetamos los espacios individuales, nos acercamos mucho a las personas para hablarles y a veces hasta les tocamos, o sea, entramos en contacto físico, cosa que los anglos detestan.
- Cuando hablamos, algunos tendemos a gesticular, a mover y agitar brazos y manos, como si necesitásemos acompañar las palabras de un concierto de gestos.
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- La manía de muchos de conducir por el carril izquierdo, el de velocidad, que debe ser usado sólo para rebasar por parte de quienes van más rápido. No pocos anglos también lo hacen, pero si conduces de Florida hacia el Norte, verás que mientras más avanzas, más se respeta esta regla.
- Que lleguemos a una casa (sin emergencia alguna) sin avisar y sin haber concertado cita previa y saber que los dueños están disponibles para recibirnos.
- La tendencia de algunos a hablar por el móvil con el altavoz a todo volumen en lugares públicos. Esto se agudiza cuando agregamos la cámara, sobre todo en tiendas y restaurantes, cuando queremos mostrar «en vivo y a todo color«, lo que estamos comprando o comiendo.
- Nuestra legendaria impuntualidad: las 9 am son las 9 am, no las 9.15, las 9.45 o, para algunos, las 10.15.
- Llegar al lugar de trabajo, y en vez de incorporarse inmediatamente a las labores del día, pasar el primer cuarto de hora saludando de besos y abrazos a los demás empleados.
- La mala costumbre de algunos de nosotros de contar nuestra vida personal a personas que no conocemos y, en correspondencia con eso, hacer preguntas incómodas (acerca del salario, las relaciones personales, etc.) a personas con las que tenemos muy poco vínculo.
- El uso de bromas inapropiadas, en el lugar y momento inapropiados (quizás no sean tan malas, sino que el sentido del humor en la cultura latina y la anglosajona son muy diferentes).
- Hablamos demasiado y con frecuencia usamos 100 palabras para lo que pudo ser explicado con 20.
- La tendencia presente en no pocos a reconocer la existencia de leyes, reglas y reglamentos sólo cuando nos conviene.
- Y algunos otros, que por no tener tanto peso, ya no hicieron nuestra lista.
Entre las cosas positivas que muchos de ellos dicen de nosotros está el que somos trabajadores y hacemos los trabajos que muchos anglos no quieren hacer; que somos alegres, bailadores y muy sinceros; que muchos tenemos una sólida cultura y/o nos esforzamos mucho por superarnos. Y que cuando somos amigos, pues somos amigos de verdad, vaya, casi familia.
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Continúa en «¿Qué es lo Que Menos Nos Gusta a los Latinos de los Estadounidenses Anglos?«